La vida puede ser contada por etapas que van pasando a lo largo de diferentes épocas, momentos que recordar cómo pasaron y se van sucediendo en el tiempo. Todo tenemos en nuestra mente nuestros saltos de curso en la escuela, luego al instituto, más tarde a la universidad, y así sucesivamente a lo largo de los días.

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Todas estas etapas tienen un denominador común, el desarrollo personal que nos ha hecho ir creciendo e ir afrontando diferentes momentos a los que plantar cara. Pero esto no siempre ha tenido por qué ser así, ya que en ocasiones, dar el salto de una etapa de la vida a otra, nos ha costado más.                     
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Saltar de una etapa a otra
no es como deshojar una flor, que lo puedes hacer rápida, fácil y cómodamente. Hay situaciones en los que para seguir tranquilamente nuestra vida no es necesario buscar nuevos objetivos, a pesar de que no existan grandes motivaciones, o esforzarse, pues la tranquilidad de la situación dada no lleva a un momento realmente confortable. Pensar de ésta manera tiene sus ventajas, porque nuestro cuerpo en cierto modo no procesa estrés, sino que al contrario, la calma y tranquilidad hace que se beneficie el intentar continuar en ese momento sosegado (ya sea en el trabajo, la escuela, con los amigos o incluso con la pareja).

El no hacer nada, quedarse en la zona confort, para no mejorar, pero tampoco para no empeorar las situaciones, tiene sus ventajas, pero también posee una serie de inconvenientes. Todos conocemos el refrán de “más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer”, pues bien, ¿y si lo bueno que nos espera por arriesgarnos a salir de la zona confort lo merece?

¿Por qué arriesgarse y salir de la zona confort?

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No será una elección fácil, detrás esperan miedos, retos, situaciones difíciles en general que pondrán a prueba tus habilidades tanto físicas como emocionales. El estrés, la ansiedad por no controlar las cosas e involucrarse en algún nuevo proyecto que al principio crearán las dudas si has hecho lo correcto.

Pero esto se disipará una vez hayas conseguidos tus objetivos marcados, aprenderás durante el proceso que dure tu adaptación a la consecución de tu nueva meta, serás capaz de afrontar estrés, ansiedad y superar los miedos que te hayas propuesto en un inicio. Tu nivel de satisfacción personal aumentará junto con tu autoestima, autoeficacia, autoconocimiento y mejorará tu motivación para nuevos retos, ya que esta experiencia te enseñará que con la motivación suficiente se es capaz de alcanzar grandes objetivos.

 

José Manuel Bustamante Castaño
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Por José Manuel Bustamante Castaño

"La vida es 10% de lo que me ocurre y 90% de cómo reacciono a ello" Charles Swindoll

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